Fue creada
como parte de una comisión para decorar con frescos las habitaciones que hoy en día son
conocidas como las estancias
de Rafael, ubicadas
en el Vaticano.
En la obra
se puede apreciar un gran salón, cuya entrada se vislumbra por una sucesión de
arcos, pilares y esculturas que se encuentran en el centro del cuadro. En los
dos extremos se encuentran las estatuas de Atenas y Apolo, como vigilantes de
la entrada. Encima de unas escaleras, que están frente a la entrada, fueron
retratados una hilera de personajes característicos de la filosofía clásica.
Los principales son Platón y Aristóteles, que se encuentran en el medio de esa
hilera discutiendo sobre la Verdad. Frente a esos personajes se encuentran
otros, ya sea sentados sobre algunas esculturas o sobre las escaleras. Pero
todos están discutiendo entre sí, debatiendo o argumentando sus ideas. Gracias
a las líneas inclinadas de la entrada, así como del suelo y de los arcos, se da
la profundidad correspondiente a este caso, así como también se puede
distinguir cuál personaje está lejos y cuál está cerca de la entrada.
Existe un
punto de fuga central, donde se encuentran los dos filósofos principales, en el
centro del cuadro. A partir de ahí, se determinan las líneas diagonales que se
originan para formar los pilares, las paredes, la serie de arcos y las
escaleras. En los dos extremos del cuadro, en posición vertical, se encuentran
los pilares y dos esculturas de Apolo y Atenas, limitando de esta manera la
entrada y dando comienzo al gran salón. Alrededor de los filósofos importantes,
se encuentran otros filósofos formando una larga línea horizontal, como
separando el cuadro por la mitad. Todos ellos están encima de la escalera, a
punto de bajar, donde se encuentra otra hilera de pensadores y filósofos. Esta
segunda hilera está más desordenada, dado que algunos personajes se encuentran
sentados y otros se encuentran parados. Las líneas inclinadas del piso
determinan la profundidad del salón antes de subir a las escaleras, otra idea
muy acertada al marcar la perspectiva para determinar la profundidad del lugar.
Todos están vestidos con ropas de colores fuertes y vivos, que resaltan aún más
con la luz que refleja el cielo azul matutino y las esculturas y construcciones
arquitectónicas de color claro.
Como toda
escuela, tanto los alumnos como los maestros están en constante aprendizaje y
en búsqueda de la verdad. Esto se refleja muy bien en Platón y Aristóteles, los
dos filósofos más importantes de la época. Ambos se encuentran en una fuerte
discusión sobre la verdad e indican con sus dedos sus respectivas creencias.
Platón señala el cielo y Aristóteles señala la tierra. Quien conoce bien la
filosofía de cada uno, sabrán el planteamiento de cada uno acerca de la verdad.
A otro filósofo que se le puede reconocer es a Sócrates, que se encuentra en
una esquina del cuadro leyendo un libro. Se podría decir que, prácticamente,
casi todos los filósofos griegos se encuentran en ese lugar, aunque todos
pertenecen a distintas épocas y muy pocas veces coincidieron.
Con esta
obra, está más que claro que el artista, así como muchos otros, estaba muy
interesado en la cultura grecolatina. En este caso, su interés se volcó hacia
la filosofía clásica que, durante la Edad Media, fue dejada de lado por
considerarse pagana. Todos están muy absortos en sus pensamientos y
discusiones, discusión sin final si se trata de hablar sobre qué es la Verdad.
Pero no
solo eso es lo que se destaca en el cuadro. El artista pudo plasmar a la
perfección la perspectiva, de manera a que la escena contiene mucha profundidad
y todos los personajes fueron diseñados de acuerdo al sitio donde se
encontraban. No eran diseñados de acuerdo a su importancia, sino simplemente de
acuerdo a la ubicación. Por lo tanto, la obra también contiene realismo, como
intentando reflejar aquel dilema de la búsqueda de la verdad y, también, un
poco descontextualizado del tiempo, situando a filósofos que no coinciden en
sus respectivas épocas. Porque la búsqueda de la verdad se dio, se da y se dará
en cualquier lugar y en cualquier momento. Y siempre se mencionará a los
filósofos más importantes de la época clásica para argumentar sobre lo que
creemos que es la verdad.
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