Desde
hace años, se ha utilizado el término “maquiavélico” cuando uno se refiere a
alguien que es capaz de cualquier cosa con tal de lograr algo, sin importar las
consecuencias. Pero muy pocos saben que el término se origina de Nicolás
Maquiavelo, quien fue el autor de una obra que explicaría cómo es realmente el
sistema político de todas las épocas. La obra se llama “El príncipe”.
Maquiavelo
afirma que, al ser la realidad dinámica, un príncipe no puede aferrarse a cosas
estáticas, tal como amistades, virtudes, defectos. Al interactuar el príncipe
con la realidad debe ser él también dinámico, adaptarse a las situaciones
cambiantes para así obtener y/o conservar el poder. Lo importante es mantener
al pueblo quieto y contento. Y en este punto, es la primera vez que se menciona
al pueblo en el ámbito político, como un sector dominado por la mayoría y que,
a su vez, es muy importante dirigirla y controlarla. De esta manera, se ve al
pueblo como una figura maleable, movida por un bien común. Es importante el
pueblo, porque asegura el mantenimiento del poder, siempre y cuando el príncipe
satisfaga sus necesidades.
Cuando
un príncipe no satisfació al pueblo, o abusó de su poder oprimiéndolo y
ofendiéndolo, entonces se genera las rebeliones y este príncipe es reemplazado
por otro. El pueblo cree que, con éste nuevo gobernante, las cosas podrían ir
mejor. La mayor parte de las veces ese nuevo gobernante, al ver los errores que
cometió el soberano anterior, empieza a tomar medidas drásticas para que el
pueblo no se levante contra él, como por ejemplo castiga duramente a los
delincuentes.
Entre
otras cosas, en el libro, Maquiavelo afirma que, cuando se invade otras
tierras, hay que formar colonias y, en lo posible, no alterar las leyes y los
impuestos de los pueblos conquistados. A
veces, las costumbres y los idiomas son obstáculos que aumentan las
dificultades de un buen gobierno. Para eso, el príncipe debe suprimir
inmediatamente cualquier asomo de rebelión o descontento. Tampoco debe permitir
que otros reinos vecinos aumenten de poder, ni permitir que expandan sus
fronteras en las cercanías de las colonias. Para evitarlo, se debe defender a
las colonias más débiles y que éstos no permitan que los reinos vecinos se
acerquen a sus tierras.
Hasta
el presente, muchas de las ideas de Maquiavelo se mantienen vigentes. Fue el
primero y el único pensador que escribió sobre la política desde un punto de
vista realista. Y aunque se use el término “maquiavélico” de una manera
despectiva, la obra “El príncipe” contiene un enorme sentido común y un gran
conocimiento de la psique humana. Hasta ahora, muchos políticos consultan este
libro para desarrollar el modo de gobernar una nación.
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