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jueves, 25 de octubre de 2012

Sitios web recomendables

¡Buenas! Volveré a recomendar otros sitios web si quieren mostrar sus escritos o imágenes. Espero que les guste ;)

http://www.flickr.com/
Es un sitio web donde podrás subir todas tus fotos, ordenarlos en álbumes y, si deseas más espacio, puedes pagar por el servicio (el registro y lo demás es gratis). La página está relacionada con Yahoo, por lo que se supone que uno tendría que estar registrado en Yahoo para poder acceder a los servicios de Flickr. Pero ahora permiten que se realice el registro desde facebook o incluso gmail ^^

http://www.tuloescribes.com/
Aquí podrás subir tus cuentos, poemas, narraciones y demás. Cada tanto el sitio web lanza una que otra consigna para que la misma sea un sitio activo y todos se animen a participar ^^

http://tustextos.com/
Un buen sitio donde se pueden subir poemas, reflexiones o cuentos. El sitio solo permite que el usuario suba un escrito por día, con el objetivo de que todos puedan mostrar sus textos y las mismas sean visitados o comentados.

http://www.loscuentos.net/
Una página donde, principalmente, se suben cuentos. Pero también se pueden subir poemas, haikus, ensayos, reflexiones y más. Contiene foros, eventos y cada tanto lanzan consignas para practicar con la escritura.

Eso es todo por ahora. Espero que les haya servido ^^

domingo, 14 de octubre de 2012

El entierro del conde de Orgaz


1586 - 1588
Pintura al oleo
4,80 x 3,60 m


Es un cuadro al estilo manierista, donde existen un sinnúmero de personajes que asisten al entierro del conde. El mismo se encuentra en el centro, con dos personajes vestidos de dorado. Por debajo se encuentran sacerdotes, el papa y otros caballeros velando por el muerto. Arriba, desde la mitad hacia arriba, se encuentra el mundo celestial: los ángeles, Cristo,la Virgen y los santos. Es un cuadro en donde muestra el mundo terrenal y el mundo celestial, a la espera del alma que acaba de pasar a mejor vida. 
Como todo cuadro manierista, los personajes tienen extremidades alargadas, con posiciones complicadas y, prácticamente, no hay paisajes. No se puede determinar en dónde se encuentran los personajes, dado que los mismos ocupan la totalidad del cuadro.
Existe una línea horizontal, que separa al cuadro por la mitad y hace notoria la diferencia entre el mundo terrenal y el mundo celestial. En el mundo terrenal, se encuentra el muerto siendo levantado por dos personajes con ropajes dorados. Junto a ellos hay un niño, que posiblemente sería el hijo del Conde. Los personajes que los rodean son sacerdotes y caballeros, todos con expresiones serias tal como se están en los velatorios. El personaje que da la espalda, que es un sacerdote, pareciera estar vislumbrando el mundo celestial mientras bendice el alma del muerto. el mundo terrenal contiene colores oscuros, prácticamente negros. Solo los ropajes de los que levantan el muerto, más unas sabanas blancas que están debajo de él y la túnica blanca del sacerdote que da la espalda podrían dar el equilibrio junto con la luminosidad que se encuentra en el mundo celestial. En el mundo celestial se encuentran otros personajes, a la espera del alma del conde. Jesús, que es la figura principal en ese mundo, está en el centro del cuadro, bien arriba, a la espera de juzgar a otra alma. La Virgen María está a un costado, vestida de rojo y celeste tal como se la acostumbraba a pintar. Recibe al conde con un gesto maternal. El conde está al otro costado, siendo recibido por la Virgen y siendo ayudado por los ángeles que lo llevan hacia arriba. Tanto los ángeles como los santos que los rodean están vestidos de dorado y blanco, de manera a que el mundo celestial contiene mucha luz en comparación con el mundo terrenal. Gracias a eso, la luz del mundo celestial logra iluminar el mundo terrenal, aunque la luz no es tan potente sino más bien suave y neutra.
Este cuadro muestra dos historias. Una, en donde despiden al muerto y, otra, donde reciben el alma del muerto para su juzgamiento. Aunque muestra un hecho concreto en un determinado tiempo, muchos de los personajes que se encuentran en el cuadro pertenecen a otras épocas, lo cual da a entender que, para el alma, no existe el tiempo y la vida es eterna. La razón de la oscuridad del mundo terrenal sería porque, en los velatorios, el color negro es símbolo de luto. Por lo tanto, todos los personajes están vestidos de negro, a excepción de los que pertenecen al Orden Eclesiástico, que están vestidos de dorado y blanco. El dorado era símbolo de la riqueza y la divinidad y, anteriormente, cuando se pintaban a los santos, a Jesús y la Virgen, se usaba mucho el dorado. Esto está más que claro al vislumbrar el mundo celestial, donde abundan el blanco y el dorado para reflejar la luz hacia el mundo terrenal. En el mundo celestial, tal como dicta la cristiandad, se encuentra Jesucristo como Juez para determinar si el alma irá al cielo o al infierno. Los ángeles son los que guían al alma y también es ayudado por la Virgen María que, como toda madre, vela por todos sus hijos aunque éstos hayan salido mal. En resumen, en este cuadro, se encuentra la creencia cristiana de lo que le pasa a uno después de su muerte.
Esta obra es oscura, aunque contiene una luz de esperanza para el alma que acaba de dejar el mundo. Aunque existen muchos personajes, el principal sería el muerto y todos están a su alrededor. Incluso en el mundo celestial están pendientes de su alma. Todos están ante la intriga que causa la muerte de alguien, porque es la única incógnita que solo se resuelve si uno mismo muere. El alma del conde está a punto de averiguarlo, cuando de a poco alcanza el mundo celestial para enfrentarse a su juicio. Está más que claro cuál es el mundo terrenal y cuál el mundo celestial, por lo cual existen dos registros que realizó el pintor en esta obra. Pero aunque sean dos registros, están unidos por una misma historia. Y tanto esa oscuridad como el movimiento del mundo celestial ha impactado a muchos, que se preguntan una y otra vez qué será de sus almas luego de dejar este mundo. Por suerte, esta obra no sufrió graves deterioros y ha podido conservarse con pocas restauraciones hasta el día de hoy.


lunes, 8 de octubre de 2012

La increíble y corta historia del Cabichu'i




Toda guerra, sin importar en qué época se haya producido, trae más problemas que soluciones: aumento de la pobreza extrema, niños sin padres, escases de recursos básicos, pérdida de la identidad nacional…  y un montón de penurias que ni la persona más insensible del planeta podría mencionar. Esto pasa en todas las guerras y enfrentamientos entre países. Y la guerra de la Triple Alianza no fue la excepción. Por eso, a modo de elevar la moral tanto de la tropa como de la población civil, salió a luz un nuevo tipo de periodismo que se dedicaba a la propaganda de guerra, transmitiendo la fe en la victoria final. Algunos de estos periódicos fueron El Centinela, Cacique Lambaré, La Estrella y Cabichui.

Este último fue el que más llamó la atención. Y lo sigue haciendo a más de un siglo de su corta historia de publicación. Sus características son las extrañas ilustraciones y ese carácter satírico que utilizaban para burlarse del enemigo. Nunca antes un diario había logrado un estilo de ilustración rico en material de difusión, menos en estos primeros años del siglo XXI, donde la tecnología está en su mejor momento. Todo eso hace que los dibujos de Cabichui sean de interés cultural, tanto para la historia del humor gráfico como la historia de la plástica paraguaya.

Según la artista Josefina Plá, la primera edición del Cabichui se habría publicado en el 1867, tres años después de declarársele la guerra al Paraguay y cuando las exitosas incursiones en territorio argentino y brasilero quedaron en el pasado. En total hubieron 95 números, todos publicados en el cuartel general de Paso Pucú, con un mínimo de tres caricaturas cada uno más el gráfico de la cabecera, que siempre permanecía igual. Las miniaturas que diseñaban las letras mayúsculas de las notas breves y poesías eran bastante variadas. La única viñeta que se mantenía era la que encabezaba la sección “Popías” del padre Fidel Maíz. Con esto, se cuenta un total de cuatrocientos grabados aproximadamente, en donde se puede sentir el desarrollo del drama bélico y la trayectoria psicológica de la defensa durante un año.

Los que se encargaban de los gráficos eran los siguientes artistas: Inocencio Aquino, M. Perina, Francisco Ocampos, Gregorio Baltasar Acosta, Jerónimo Gregorio Cáceres, J. Bargas, Francisco Velasco, J.B.S y Saturio Ríos, más conocido como pintor. No se sabe exactamente quién dirigía a estos grabadores, aunque muchos estudiosos señalan que fue Saturio Ríos. Otros hablaron de un tal sargento Godoy o un tal Sargento Colunga. Aún así, la originalidad gráfica tenía su equivalente en la redacción que seguía, en general, los lineamientos retóricos del momento histórico.

Uno de los mentores fue Juan Crisóstomo Centurión, más tarde convertido en coronel. Según su testimonio, la discusión sobre el título y el gráfico de la portada del periódico tardó tres días. Su propuesta fue aceptada, que era el de poner el nombre de una especie nativa de avispa con el fin de transmitir la idea de agujerear al enemigo. Y para el gráfico, su idea fue un hombrecito rodeado de avispas Cabichui. Para muchos representa a un negro, dado que el ejército brasilero estaba conformado, principalmente, por gente de color. Pero no es igual a los negros caracterizados en otros grabados del periódico: piel color negro plano y muy oscuro, con labios extremadamente abultados y con sus respectivos uniformes. El personaje de la portada, en cambio, se lo muestra desnudo y con el cuerpo cubierto de pelos. Con esto, los estudiosos suponen que más bien ese gráfico simbolizaba la barbarie, brutalidad y salvajismo atribuidos a los ejércitos aliados.

La mayoría de las veces el periódico aguijoneaba al enemigo brasilero, representándolos como un grupo de personas negras en actitudes ridículas y cobardes, definiéndolos así como “raza de orangutanes”. También existen gráficos en donde se representan a los soldados uruguayos como micos, que son monos de cola larga. Otras representaciones zoomorfas son los gobernantes y sargentos argentinos y uruguayos convertidos en burros y perros. Hasta los carpinchos y los insectos fueron utilizados para representar a los soldados, gobernantes y sargentos de la alianza.

Los grabados del Cabichui acompañaban alguna crónica, cuyo humor era más bien rudo y carente de autonomía en el aspecto gráfico. No constituían chistes por derecho propio, sino ilustraciones de algún pasaje de la misma. Había gráficos que se acercaban bastante al ideal de un chiste autónomo, pero eran excepcionales. Y como en esa época aún no existían los globos de diálogo como lo tienen hoy en día las historietas, los textos explicatorios o lo que decían los personajes dibujados iban por debajo de los gráficos.

Los artículos del periódico hacían mucho uso del idioma guaraní y también de las bromas pesadas, como “el macaco afligido” o “lleva de tras (sic) una cola”. Raramente hacían uso de las palabrotas, por lo cual se ha considerado que el Cabichui fue el precursor remoto del periodismo callejero, representados hoy en día por el diario Popular y Crónica.

No todos los artículos eran sobre la guerra. También el periódico publicó temas no coyunturales y algo raros, que narraban hechos cotidianos de los pueblerinos o disputas sobre algún tema en particular. Uno de esos temas fue la disputa de un pastor y un muchachito sobre qué placer merecía prioridad, si la mujer o la botella. Ese pasaje se encuentra en el penúltimo número publicado y fue, para los críticos del arte, uno de los mejores del periódico por la gracia y la elegancia de las figuras, así como por el encanto de todo el cuadro, de la composición correcta.

Del periódico, hoy en día, solo quedan algunos de sus artículos y gráficos. Para los que quieran apreciar la gracia de los mismos, pueden contactar con el Museo del Barro. En la página web del museo también podrá ver, por ejemplo, cómo graficaban las primeras letras de un texto o algunos gráficos sobre el enemigo del Paraguay. Aún así, nada de eso puede explicar sobre la suerte de los grabadores del Cabichui. A excepción de Saturio Ríos, ningún historiador sabe con precisión qué pasó de esos artistas del grabado. Una de las pocas personas que podría decirlo sería Saturio Rios, pero ya no se encuentra entre los vivos. Y tampoco se ocupó en brindar informes sobre el tema, ya sea porque era ajeno al espíritu general del Cabichui, o porque no quería hablar sobre el asunto, o porque simplemente nadie se lo había preguntado.

Lo que también ha llamado la atención fue que la desaparición del Cabichui coincidió, aproximadamente, con los penosos sucesos de San Fernando, en donde López ordenó el fusilamiento de varios de sus parientes por “traición a la patria”. Algunos suponen que los integrantes del periódico fueron víctimas de las tragedias desatadas en el interior del bando paraguayo antes del derrumbe final. Otros, en cambio, sugieren que el periódico dejó de aparecer porque ya no había más recursos para publicar más números. También está la teoría de que estos grabadores-soldados murieron durante el combate. Aunque también están los que dicen que, en la pos-guerra, se retiraron a la vida privada y nunca más tomaron sus herramientas de trabajo y de combate. Todo esto ha formado parte de las grandes incógnitas de la historia paraguaya, en la que solo se pueden sacar hipótesis o suposiciones sobre qué pasó en verdad. Pero como la historia y los hechos lo escriben las personas, éstas pueden ser tergiversadas, manipuladas o simplemente distorsionadas de acuerdo a las intenciones de quien lo escribe.  

Con esto, este ensayo concluye con la tristeza de no sacar a luz el verdadero motivo del final del Cabichui, ni del destino de sus publicadores. Pero termina con la satisfacción de revelar sus comienzos y lo que significó para la gente de esa época, que de seguro necesitaba reír y recuperar las esperanzas de vivir en paz. Tampoco hay que olvidar de mencionar el testimonio que ha dejado el periódico en el ámbito artístico, porque así se demuestra que el arte, sin importar de qué ámbito salga, es, fue y será la representación de la realidad y la mentalidad de la sociedad en general.



jueves, 4 de octubre de 2012

El juicio final - Miguel Angel



Es un mural creado por Miguel Angel en 1535, por encargo del papa Pablo III. Fue objeto de escándalos por parte de la Iglesia, dado que el artista pintó a los personajes completamente desnudos. Por lo tanto, un discípulo del artista, gentilmente se encargó de colocarles a todos unos paños que cubrían sus partes íntimas.



El personaje principal es Jesús, que se lo ve con una expresión de enojo, castigando los pecados de la humanidad. María, que está junto a él, se protege de su hijo furioso. Alrededor de ellos se encuentran muchos santos, todos inquietos por la ira del hijo de Dios. Estos santos son San Pedro, San Pablo, San Andrés, San Bartolomé, Santa Catalina, San Sebastián, San Lorenzo y San Blás. 



También se encuentran los ángeles, haciendo sonar sus trompetas y sosteniendo dos libros: el libro de la muerte y el libro de la vida. 



Por debajo del mural, se ven a los humanos en la tierra. Los muertos resucitan y, con la ayuda de los ángeles, suben al cielo. En el lado derecho del mural, se ven a los condenados arrojados al infierno. Muchos son trasladados por la barca de Caronte. Y, de la barca, los condenados son tirados por algunos demonios a las tinieblas. Ahí también se reconoce a Minos quien, según algunas versiones históricas, su rostro es de uno de los sacerdotes que criticó el fresco de Miguel Angel. 



En la parte superior del fresco, se encuentran dos lunetos. En el lado izquierdo, los ángeles llevan la cruz, la corona de espinas y los clavos de Cristo. Y, en el luneto derecho, los ángeles llevan la columna de la flagelación de Cristo.



En este mural se puede apreciar claramente la fuerza sobrehumana de Cristo. Tampoco faltan los cuerpos descomunales y con mucha musculatura, muy propia de Miguel Angel. Y todos los personajes parecen estar rodeando a Jesús, acentuando el caos, la angustia y la fatalidad de la escena. Con todo esto y a pesar de las modificaciones que se hicieron de la obra, fue una gran influencia para artistas posteriores a Miguel Angel. Y, aunque muchos intentaron destruirla, el mural permaneció en el tiempo y, hoy en día, se puede apreciarla con sus colores fuertes y las expresiones faciales y corporales propias de uno de los artistas más famosos del Renacimiento.