Buscador O_O

lunes, 20 de agosto de 2012

Bóveda de la Capilla Sixtina – Miguel Angel



La Bóveda está compuesta por figuras de grandes proporciones, todas ellas inspiradas en el Génesis de la Biblia. Las figuras se organizan en tres registros superpuestos: los lunetos, las enjutas y pechinas y la sección central. En la sección central está narrado las primeras historias del Génesis, que abarca desde la creación del mundo hasta el diluvio universal. Entre las escenas centrales se encuentran los Ignudi o personajes desnudos, todos ellos sentados sobre elementos cúbicos. En las enjutas y lunetos de la bóveda aparecen representados los antecesores de Cristo. Entre los lunetos se encuentras los profetas y las sibilas. En las pechinas, que se encuentran en los cuatro costados de la bóveda, se hallan las historias de Israel. Todos ellos parecen estar encerrados dentro de esculturas y estructuras arquitectónicas y, aunque parecen auténticas esculturas, son pinturas hechas tridimensionalmente generando una ilusión óptica al espectador. 

Las figuras humanas contienen proporciones exageradamente grandes, de manera a que puedan ser vistas desde una gran altura. Todas ellas parecen salir del cuadro, esto debido a la tridimensionalidad que manejó el artista en sus esculturas y que lo manejó también en sus pinturas. En el centro de la bóveda se encuentran las escenas principales del Génesis, todas ellas divididas en grupos de tres. En el primer grupo, la figura principal es Dios creando el cielo y la tierra, desde la luz y las tinieblas, hasta las plantas y la separación de las aguas. En el segundo grupo se encuentra la creación de Adán, la creación de Eva y el Pecado Original. En el tercero y último grupo ya se narra el diluvio universal y la borrachera de Noé. La narración arranca desde el extremo próximo al altar y finaliza en la entrada, un sentido inverso a lo acostumbrado. Todos esos registros contienen dos tamaños y están colocados de modo alterno. Los registros menores están custodiados, cada uno, por cuatro personajes desnudos. Son como gigantes que sostienen orlas vegetales y medallones de bronce. Alrededor de la composición principal se encuentran las enjutas y lunetos, donde aparecen los antepasados de Cristo como Salomón, David, entre otros. Entre los lunetos se encuentran, en orden alterno, los profetas bíblicos y las sibilas. Estas últimas son adivinas griegas, lo cual se genera un vínculo entre el mundo antiguo y el mundo cristiano. Todos ellos también son proporcionalmente gigantes, con mucha masa muscular. A pesar de eso, están en diferentes posiciones de acuerdo a sus características y temperamentos. Finalmente, las cuatro pechinas de los ángulos extremos, completan la composición. En las mismas narran las historias características de Israel, como la historia de Judit, David y Goliat, la serpiente de bronce y el castigo de Aman.
Así como cada figura está puesta de manera alternada, también pasan con las diversas esculturas que el artista pintó alrededor de los profetas y sibilas. Cada uno está rodeado por cuatro esculturas de criaturas encima de dos pilares, formando dos grupos. Son niños y niñas puestos en orden alterno. Las mismas esculturas, así como también las construcciones arquitectónicas que rodean a los personajes, en realidad son también pinturas. Esto es debido a que el artista, toda su vida, creó esculturas y obras arquitectónicas donde hay que tener en cuenta la tridimensionalidad para llevarlas a cabo.


Está claro que la intención del artista fue representar, de manera gráfica, la historia del Génesis. Pero también existen elementos de la mitología griega, lo cual le da un vínculo entre la antigüedad y el cristianismo. Esto era normal en aquella época, dado que en el Renacimiento muchos artistas y estudiosos mostraron un gran interés sobre las costumbres paganas de las culturas grecorromanas de la Antigüedad. Cada personaje es dinámico. No hay uno solo que no represente su temperamento o su estado de humor, de manera a que se pueden encontrar personajes serios, sorprendidos, pensativos y hasta furiosos. Las historias de Israel, así como también los profetas, las sibilas y los antepasados de Cristo, serían todas las causas que generarían la preparación para el nacimiento del hijo de Dios. Todos ellos, en diferentes momentos y en diferentes profecías, parecieran estar profetizando lo que vendría cuando terminara el Antiguo Testamento y comenzara la era de la cristiandad. Las figuras, tanto hombres como mujeres, tienen mucha musculatura. Muchos argumentan que ese sería el prototipo de belleza del artista: personas musculosas, grandes y altas. Dado que hasta las mujeres tienen músculos, muchos argumentan que Miguel Angel solo usaba modelos masculinos, dado que la anatomía de la mujer es más bien fina y delicada.


Se requiere de muchos estudios y de mucha disciplina para crear figuras de grandes proporciones y a una gran altura. Miguel Angel pudo lograrlo, por lo que sus figuras no son desproporcionadas y, a pesar de ser enormes, contienen mucho movimiento y dinamismo. No hay ninguna figura que esté quieta o con expresión neutra. Todas parecieran querer comunicar algo a través de sus poses o expresiones. Los colores son fuertes y contrastantes, de manera a que impacten con una primera mirada. Esos colores recién fueron descubiertos en la última restauración, donde se sacaron capas y capas de pintura hasta llegar al color original. Y por la tridimensionalidad de las falsas esculturas y construcciones arquitectónicas, queda bien claro que el artista tenía un dominio completo sobre la perspectiva. Con todo esto, esta obra influyó en muchos otros artistas que intentaron superarlo. Pero nadie logró lo que Miguel Angel pudo al crear la bóveda de la capilla Sixtina. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario